por Alhely Bernal
Hace mucho tiempo, las personas vivían felices en sus cabañitas, festejaban y bailaban felices de que siempre el sol brillara, pero hartas estaban de que no podían descansar, había luz todo el tiempo tenían que colocar gigantes cortinas que tapaban sus ventanas y puertas cuando quisieran dormir.
Un día, como cualquiera donde el sol tenía una esplendorosa luz, las personas salían a caminar, sembrar, recolectar sus cosechas y realizaban sus actividades, de pronto todo el cielo comenzó a oscurecer, todas las personas corrían a sus cabañas, asustadas pensando que algo malo pasaba.
Todo estaba tan oscuro que no se podía ver nada, las personas se encontraban detrás de sus ventanas y puertas, trataban de observar por un pequeño orificio cuando comenzó a salir detrás de las montañas una mujer con un largo y luminoso vestido blanco, parecía que la mujer flotaba y levitaba.
Todas las personas quedaron asombradas, la mujer caminaba hacia las cabañas, mientras decía vengan con una voz clara y susurrosa, las personas comenzaron a salir lentamente caminando hacia ella. Entonces la mujer dijo:
—Yo seré quien daré obscuridad para que puedan dormir en paz. A partir de las ocho, cuando el sol se haya puesto, todo estará completamente oscuro y esa será la noche, escucharan a los animales que he traído para que disfruten de oscuridad.
Todos parecían tan alegres, que comenzaron a bailar, pero alguien interrumpió con una voz de molestia preguntona:
—¿Y como veremos? Todo estará tan oscuro que no veremos para ir a la cama tropezaremos y caeremos.
—Yo misma daré una luz brillosa desde el cielo que será suficiente para ver y dormir. Pero al alba amanecer de nuevo saldrá el sol para que puedan disfrutar de él —respondió ella con seguridad.
— ¿Y quién eres tú?— preguntó un pequeño niño, pero ella no respondió.
La mujer comenzó a marcharse y de nuevo subir por las montañas. Mientras todos sonreían y gritaban "gracias luna".
La mujer se desvaneció por las montañas y en el cielo comenzó a salir una sonrisa, todos miraban asombrados y felices, mientras regresaban a sus cabañas a dormir.
Desde ese día jamás volvieron a ver a la mujer, si no esa sonrisa o una bola roja, un redondo queso amarillo al cual llamaron “luna.”
Alhely Bernal, tiene 14 años, es mexicana. Actualmente está cursando el último año de secundaria. Empezó a interesarse en la escritura cuando cursaba 5 de primaria, y descubrió que era una forma de demostrar lo que sentía o pensaba.
Esta es su primera vez escribiendo un cuento infantil, pues, la mayoría de veces suele escribir historias de su cotidianeidad e incluso inventa algunas historias de terror.
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